jueves, 29 de noviembre de 2012

Bica blanca de Laza








 Sí, ya sé que la blogosfera está invadida de Bicas de Laza, pero faltaba la mía  ;)  Además, quién sabe, quizás aún haya alguien que no se haya enterado de su existencia.

Lo primero que me atrae de una receta es, por supuesto la presencia, no en vano se dice que comemos por los ojos  y a continuación me interesan los ingredientes, porque para mi, supongo que como para vosotros, cuidar la alimentación y hacer una dieta sana y equilibrada es primordial. 
Eso no quiere decir que de vez en cuando y compensándolo después, haga platos con un poco más de la cuenta de mantequilla, nata, azúcar... pero como excepción a la regla, y no solo por cuidar lo que está a la vista, sobre todo me preocupa lo que está por dentro y qué a veces da la alarma cuando ya no hay remedio.

Esta bica blanca de Laza que hoy os muestro es esa excepción a la regla de la que os hablo. Su aspecto es una preciosidad, con ese tono blanco y esa capa superior dorada y cuarteada, pero cuando vi la cantidad de azúcar me echó para atrás. Sin embargo, son muchos los blogs que la han publicado y todos alaban su extraordinario sabor y su estupenda textura, algunos dicen que es el mejor bizcocho que han probado. Movida por la curiosidad y las ganas de probarlo, porque a mi con otra cosa no, pero con un bizcocho se me tienta y mucho,  pasé por alto la cantidad de azúcar, aunque puse un poquito menos (¡¡¡ 30 gramos menos!!! jajaja) y me puse manos a la obra.

El aspecto, como podéis comprobar, inmejorable y el sabor a nata, riquísimo, pero para mi gusto tiene demasiada cantidad de azúcar, con una pequeña ración te llenas enseguida; es lo mismo que me han comentado en mi familia, quizás porque no estamos acostumbrados a que los postres sean tan dulces. La textura es densa, más tipo sobao que bizcocho.

Os la aconsejo si queréis daros un capricho dulce y de delicioso sabor, que mejora aún más en días posteriores.


 


INGREDIENTES:


  • 8 claras de huevo
  • 350 gr de harina
  • 350 ml de nata 35% M.G.
  • 430 gr de azúcar
  • mantequilla


 














 





















ELABORACIÓN:

Enmantequillamos el molde o lata, lo  forramos con papel de hornear y lo enmantequillamos.

Precalentamos el horno a 180º

Con la batidora de varillas, montamos la nata, que ha de estar fría para que nos monte bien. Reservamos.

Montamos las claras a punto de nieve y añadimos el azúcar poco a poco y sin dejar de batir hasta obtener un merengue. (He echado 400 gr y reservado los 30 para espolvorear por encima)

Tamizamos la harina y se la vamos agregando poco a poco mientras seguimos batiendo, hasta que esté totalmente integrada.

La masa resultante la mezclamos con la nata montada, con movimientos envolventes y suaves y siempre hacia el mismo lado, para que no se bajen las claras. Lo mejor es usar una espátula o cuchara de madera.

Cuando esté todo integrado lo volcamos sobre el molde, repartiendo bien la masa y alisándola. Espolvoreamos con  azúcar por toda la superficie.

Horneamos a 180º, calor arriba y abajo, durante 45 minutos aproximadamente . Comprobamos con el palillo.

Enfriamos sobre una rejilla. Queda con una costra dura por arriba, que se cuartea; es así como tiene que estar.

Se sirve sobre el papel de hornear, está más rica al día siguiente (si puedes resistir su olor)  y aguanta sin resecarse varios días.

Tamaño de mi molde: 30 x 8,5 cm y 5 cm de altura


Fuente: O´Garfelo



El que tiene un por qué para vivir puede soportar casi cualquier cómo  (Nietzche)


 



domingo, 25 de noviembre de 2012

Fideos de arroz y pollo con almendras

 


Los fideos de arroz tienen excelentes propiedades nutritivas, son ricos en minerales (como el hierro, fósforo y potasio) y vitaminas. Contienen importantes cantidades de tiamina, riboflavina y niacina. Son poco calóricos. No tienen colesterol ni gluten y bajo contenido en sodio. Pero ¡¡¡ son muy sosos!!!

Eso tiene fácil remedio si les buscamos un acompañamiento de altura : Unas ricas verduras, unos frutos secos y unas sabrosas pechugas de pollo  y en pocos minutos tendremos un plato sencillo, pero exquisito.

¿Os animáis con la receta?


 INGREDIENTES:
  •  2 pechugas de pollo
  • 1 cebolla 
  • 1 pimiento rojo
  • 1 pimiento verde
  • 1 zanahoria
  • 200 gr de champiñones
  • 75 gr almendras crudas
  • 1 paquete de fideos de arroz
  • 2 cucharadas de soja
  • aceite de oliva suave
  • sal
  • pimienta


 


ELABORACIÓN:

Troceamos la cebolla y la zanahoria en juliana fina, los pimientos en tiras y el champiñón en láminas.

Cortamos las pechugas en filetes y estos los cortamos en tiras finas o en trozos pequeños, según os guste más. Las salpimentamos

Ponemos en la sartén un par de cucharadas de aceite de oliva suave y doramos las almendras. Se queman enseguida, así es que estar pendientes. Las retiramos con una espumadera y reservamos.

En ese aceite (igual hay que añadir alguna cucharada más) y con el fuego fuerte, doramos las tiras de pollo. Conviene que se sellen enseguida por fuera y guarden por dentro la jugosidad, por lo que es conveniente que el aceite no se enfríe o corremos el riesgo de que cueza el pollo; mejor hacerlo por tandas. Reservamos.

Ahora dejamos el aceite a fuego medio y añadimos los pimientos y las tiras de zanahoria. A los 5 minutos añadimos la cebolla y pasados otros 5 minutos los champiñones. Dejamos que se hagan las verduras (unos 10 minutos, más o menos)

Ponemos a calentar una olla con agua y sal. Y cuando el agua empiece a hervir echamos los fideos y seguimos los tiempos de cocción que marque el fabricante. Escurrimos muy bien los fideos.

Mezclamos el pollo, con las verduras y las almendras y añadimos un par de cucharadas de soja. Removemos todo bien. Añadimos los fideos de arroz en varias tandas, mezclando todo bien. Probamos el punto de soja, por si nos apetece añadir algo más (Es mejor añadir menos al principio y rectificar, porque dependiendo del fabricante unas son más dulces y otras pecan de muy saladas)




 



Fuente: Javirecetas



Todas las crisis tienen dos elementos: peligro y oportunidad. (Proverbio chino)




miércoles, 21 de noviembre de 2012

Tarta de queso clásica

 

La tarta de queso es quizás uno de los postres más populares en el mundo entero y me atrevería a decir, que de los que más gustan.


Tiene una curiosa historia:

Se cree que se originó en la antigua Grecia. Este pastel, se dio a conocer a través del tiempo, ya que formo parte del menú que degustaron (por su alto contenido en proteínas) los atletas que participaron en los primeros juegos olímpicos de la historia, que tuvieron lugar en el año 776 antes de Cristo. La exquisita torta se difundió a través de Europa después de que los romanos conquistaran Grecia. Sin embargo, la fabricación de queso se remonta hasta 2000años  a. C, los antropólogos han encontrado moldes de queso que datan de ese periodo. Mientras el Imperio avanzaba sobre los distintos países, los colonizadores iban descubriendo que la elaboración de queso era algo común a todos los pueblos, e incorporaban nuevas técnicas culinarias que aplicaban para recrear el cheesecake enriqueciéndolo con diferentes combinaciones.
Integrado definitivamente al patrimonio gastronómico europeo, este postre cruzó el atlántico con el flujo de inmigrantes que llegaron a Estados Unidos en busca de mejores condiciones de vida. En 1872 un quesero norteamericano al intentar copiar el neufchâtel, un queso de origen francés, terminó creando un queso cremoso que con el tiempo daría lugar al nacimiento del famoso philadelphia. (Wikipedia)

Es una de mis tartas  favoritas.  Con pocos ingredientes y una sencilla elaboración, es una de las más ricas Además al llevar harina de maíz, es sin gluten y la pueden tomar también los celiacos. No dejéis de probarla, porque os va a encantar.



INGREDIENTES:


  • 250 gr de queso cremoso
  • 3 yogures ( uno griego y dos naturales)
  • 4 cucharadas soperas de maizena
  • 10 cucharadas de azúcar
  • una pizca de vainilla
  • 3 huevos L

 



ELABORACIÓN: 

Precalentamos el horno a 180º con calor arriba y abajo

Encamisamos un molde desmoldable de 20 o 22 cm  (lo untamos de mantequilla y espolvoreamos ligeramente con harina, eliminando lo que sobre). A mi me gusta poner en la base papel de hornear, porque facilita mucho el desmoldado.

Con un batidor de varillas manual o eléctrico mezclamos el queso y los yogures hasta que estén muy cremosos.

Sin dejar de batir, añadimos la maizena, el azúcar y por último los huevos.

Volcamos la mezcla en el molde y horneamos entre 35 y 45 minutos o hasta que al pincharlo con una brocheta salga limpio.

Dejar templar unos minutos dentro del horno con la puerta abierta y desmoldar cuando esté frío.





La temperatura del horno es muy importante y , como bien sabemos cada horno es un mundo. Si el horno está muy alto de temperatura, la tarta se agrietará. Si nos pasamos con la cocción es posible que también se agriete. Si vemos que se dora en exceso por encima, podemos ponerle un papel de aluminio por encima y seguir con la cocción.

Aunque no lleva levadura, la tarta subirá mucho durante la cocción, pero bajará cuando empiece a enfriarse. Eso es lo normal.

Antes de hornearla podemos añadirle pasas, trocitos de chocolate...

Podemos servirla sola, tal cual, que está muy rica, acompañada de helado, yogur...  También podemos cubrir la superficie con mermelada, con frutos rojos o con chocolate fundido. Yo he preferido adornarla con unas virutas de chocolate: rascando una tableta fría con un cuchillo.

Para mi gusto es una tarta que gana en textura y sabor si la tomamos al día siguiente.

Se puede congelar entera o en porciones y descongelarla a temperatura ambiente o en el microondas.



Fuente: Ma Petite Boulangerie



 Los hombres olvidan que la felicidad humana es una disposición de la mente y no una condición de las circunstancias  ( Bernabé Tierno)
 


domingo, 18 de noviembre de 2012

Crema de calabacín con manzana y sésamo


 


Si os paráis a ver el índice de recetas que llevo publicadas os daréis cuenta de lo mucho que me gustan las cremas y que estas casi siempre cuentan entre sus ingredientes con la presencia de fruta. Me gusta el aroma y el sabor dulzón que le aportan.

Pensé que tenía publicada la crema de calabacín, una de las que más hago en mi casa, y al darme cuenta de que no es así, le he puesto remedio en la primera ocasión que la he hecho.

Una receta sana, sencilla, fácil de elaborar y con el toque de sabor y originalidad que le da la manzana caramelizada con miel de caña y el toque crujiente de las semillas de sésamo.

Espero que os haya gustado mi propuesta y que paséis un feliz fin de semana.






INGREDIENTES:

  • 2 o 3 calabacines (dependiendo del tamaño)
  • 2 manzanas
  • 1 cebolla
  • sal
  • pimienta
  • 2 quesitos ( o 2 cucharadas de queso cremoso)
  • aceite de oliva virgen extra
  • miel de caña ( o azúcar moreno)
  • semillas de sésamo

 


ELABORACIÓN: 

Troceamos la cebolla y la pochamos en una cacerola con  2 cucharadas de aceite de oliva. Añadimos una pizca de sal.

Cuando la cebolla comience a dorarse, añadimos los calabacines troceados y con su piel, y la manzana pelada y troceada. Salpimentamos.

Rehogamos todo y cubrimos con agua y dejamos que hierva a fuego lento, unos 15 minutos aproximadamente o hasta que el calabacín esté tierno.

Añadimos el queso y trituramos con la batidora hasta obtener una crema fina.

Poco antes de servir la crema, pelamos y troceamos la manzana en cuadraditos, que saltearemos en una sartén con un poco de aceite de oliva , una o dos cucharadas de miel de caña (o azúcar moreno) , una pizca de sal y las semillas de sésamo.

Servimos la crema de calabacín con el salteado de manzana y semillas de sésamo por encima.




   



Inspirada en el blog: La cazuela vegana


 


domingo, 11 de noviembre de 2012

Empanadillas hechas con masa casera

 



Siempre tengo en el frigorífico un paquete de obleas de una conocida marca comercial, porque a mi familia les encantan las empanadillas y las hago con frecuencia.
 Es muy cómodo abrir el paquete, poner el relleno y listos, pero me apetecía hacer mi propia masa, por aquello de "la fiebre por lo casero". Ni que decir tiene que es más entretenido, un proceso un poco más lento, pero también más gratificante y no solo por el echo de saber que lo has hecho tú, sino porque quedan unas empanadillas crujientes y riquísimas con esta masa. Ahora, cuando dispongo de tiempo suficiente, hago mis propias obleas; os la recomiendo, ya véis que son poquitos ingredientes y es muy fácil de hacer.



INGREDIENTES: 

  • 125gr de harina de trigo
  • 20 ml de aceite de oliva virgen extra
  • 1/2 cucharadita de sal
  • 65 ml de agua





ELABORACIÓN

En un cuenco, ponemos la harina mezclada con la sal y añadimos el agua y el aceite.
Mezclamos bien con una rasqueta o cuchara de madera y acabamos amasando con las manos. Es una masa muy manejable y elástica.
La guardamos en una bolsa de plástico o en el mismo recipiente tapada con papel film y la dejamos en el frigorífico 30 minutos; aunque si está más tiempo no pasa nada e incluso podéis dejarla tapada, en la nevera, para hacer las empanadillas al día siguiente.

Una vez reposada, hay que estirar mucho la masa, para que quede lo más fina posible. Si tenéis máquina para hacer pasta hay que ir pasando del número más alto, hasta el 2, en mi caso, enharinando ligeramente la porción de masa.
Si no disponéis de máquina, tendréis que usar el rodillo, enharinado ligeramente, hasta que la masa quede muy finita. No os preocupéis, es muy elástica y no se rompe fácilmente.
En un caso u otro, lo más aconsejable es dividir el trozo de masa en porciones y hacer rectángulos de 10x6 cm aproximadamente.

Ponemos las tiras sobre una lámina de papel de hornear y cortamos la masa con un cortador, un aro de emplatar, un vaso...
La masa que va quedando, la volvemos a amasar con las manos y volvemos a estirar.

 Recortamos cuadrados de papel de hornear, depositamos sobre cada uno una oblea y las apilamos, de esta manera no se pegaran entre sí.
En este momento podemos guardarlas en el frigorífico o congelarlas, dentro de una bolsa de plástico y hacerlas cuando nos venga bien.


Hice dos rellenos:
  1. Huevos duros, tomate frito casero y atún en aceite (foto superior)
  2. Cebolla caramelizada y queso de cabra  (foto inferior)

 


 Ponemos una pequeña porción del relleno sobre cada mitad de oblea, doblamos la otra mitad y con ayuda de un tenedor presionamos los bordes para sellarlos.
Las freímos en abundante aceite de oliva bien caliente, hasta que estén doraditas.  Las depositamos sobre papel absorvente, para quitar el exceso de aceite y servimos calientes.

A mi familia es como más les gusta, pero si preferís hornearlas, las depositáis sobre la bandeja, con el papel de hornear debajo, y en horno precalentado a 180º, con calor arriba y abajo, hasta que estén bien doradas.






 Os habéis fijado en ese queso fundido y mezclado con la cebolla caramelizada Mmmm es una de mis preferidas.

 Calentitas están divinas, pero siempre tengo que hacer más cantidad de las que van rellenas con atún, tomate..., porque al día siguiente, en frío, en mi casa se pelean por ellas jajaja





Receta de la masa:  Salseando en la cocina
 

lunes, 5 de noviembre de 2012

Galletas de aceite, manzana y nueces




Hay recetas que me enamoran a primera vista; tanto que me impulsan a dejar otras recetas que tenga en mente para darles toda la prioridad. Eso es lo que me sucedió con estas galletas que vi en el blog de Dolores Mi Gran Diversión

Son unas galletas muy ricas y crujientes, con un aromático toque de limón que se nota al degustarlas y con un delicioso contraste de texturas: blanda, de la manzana y crujiente, de los frutos secos. 
Me han encantado y las haré más veces, por eso os las recomiendo. Además al no llevar nada de leche son aptas para aquellas personas que tienen intolerancia a la lactosa.

Las hice  de tamaño de pastas de té y me cundieron mucho, sobre unas 40 galletitas.




 INGREDIENTES:

Para la masa:
  • 250 gr de harina 
  • 5 gr de levadura
  • 100 gr de azúcar
  • 1 huevo
  • 8 gr de azúcar avainillada
  • 75 ml de aceite de oliva suave
  • ralladura de un limón
  • 3 cucharadas soperas de zumo de limón
Para el topping o cobertura:

  •  1 huevo batido
  • 1/2 manzana, pelada y cortada en cuadraditos pequeños
  • nueces (8 o 10) cortadas groseramente (Podemos usar otros frutos secos)
  • azúcar glass


 



ELABORACIÓN:


Mezclamos todos los ingredientes de la masa: Harina, azúcar, levadura, azúcar avainillada, huevo, aceite, ralladura de limón y el zumo. Amasamos.
Queda una masa seca. Hacemos una bola que envolvemos en papel film y dejamos reposar en la nevera, al menos 30 minutos.

Una vez fuera de la nevera, amasamos un poco, es muy aceitosa y se maneja con facilidad. Ponemos la masa entre dos láminas de papel sulfurizado y con ayuda de un rodillo la estiramos, haciendo un rectángulo de 30x35 cm aproximadamente, con lo que las galletas nos quedarán con un espesor de 3mm.
Con ayuda de un cortador de galletas o un vaso, cortamos las galletas y las depositamos en la bandeja del horno forrada con  silpat o papel de hornear.

Batimos el huevo y pincelamos las galletas. Disponemos la mezcla de manzana y nueces sobre ellas y espolvoreamos con azúcar glass.

Horneamos en horno PREcalentado a 180º, con calor arriba y abajo, durante 15 minutos.

Las dejamos enfriar sobre una rejilla y cuando las vayamos a servir las espolvoreamos con azúcar glass.







¡Riquísimas!