A mi me gustan en especial los áspic de frutas, ya que me parece una manera muy original, vistosa y fresca de presentar y tomar las frutas, además de beneficiarme de todas las propiedades nutricionales que me aporta tanto la fruta como la gelatina.
¿Sabiais que , la gelatina principalmente contiene colágeno (entre un 85 y un 90%), sales minerales, agua y azúcares ? Por lo que resulta muy beneficiosa para nutrir nuestra piel, uñas y cabello
Es además un alimento rico en proteínas ( 100 gr contienen 84,40 gr de proteínas). Por este motivo
es un alimento recomendado especialmente para el desarrollo muscular. Por lo que debería de estar incluida en la dieta de niños, adolescentes y embarazadas, pues en estas etapas es necesario un mayor aporte de este nutriente.
Resulta muy digestiva, por lo que se recomienda a las personas con problemas digestivos (gastritis, cólicos) Y debido a que es un alimento que no tiene grasas, también se recomienda en las dietas de adelgazamiento.
En esta ocasión he empleado una de mis frutas favoritas: Las cerezas, que además ahora están de temporada.
En esta receta quise hacerle una base blanca, hecha de panna cotta (en ocasiones también la hago con cuajada) , para que resaltara más el postre y le aportara contraste de sabores y colores. La combinación de sabores resulta deliciosa, os la recomiendo.
INGREDIENTES: (Para 4 raciones)
Áspic de cerezas
- 1 sobre de gelatina de fresas o frambuesas
- 500 ml de agua mineral
- 300 gr de cerezas
- 200 ml (un vaso) de leche
- 200 ml (un vaso) de nata para montar (35% MG)
- 4 cucharadas de azúcar
- 2 hojas de gelatina
- 1 cdta de aroma de vainilla
ELABORACIÓN:
Para el aspic de cerezas:
Lavamos las cerezas y las deshuesamos procurando romperlas lo menos posible (Ideal si tenéis el aparatito deshuesador)
Ponemos al fuego 250 ml de agua hasta que empiece a hervir. La retiramos del fuego y vertemos el contenido del sobre de gelatina, removiéndolo hasta su completa disolución.
Añadimos un vaso (250ml) de agua fría y removemos.
Vertemos sobre un molde adecuado y llevamos al frigorífico.
Cuando está a medio cuajar, colocamos las cerezas, de modo que queden cubiertas por la gelatina y volvemos a poner en el frigorífico hasta que termine de cuajar.
Para la panna cotta:
Ponemos las hojas de gelatina a remojar en agua fría (unos 10 minutos, dependiendo del fabricante)
Ponemos un cazo al fuego con la leche, la nata, el azúcar y la vainilla, hasta que alcance el punto de ebullición. Retiramos del fuego y añadimos las hojas de gelatina muy escurridas. Mezclamos bien hasta que estas se disuelvan en la mezcla.
Reservamos hasta que temple, removiendo de vez en cuando para que no nos cree costra. Si se la añadiésemos caliente a la gelatina de cerezas la disolvería y no nos haría capa, por lo que hay que tener la precaución de incorporarla templada.
Una vez templada, la vertemos suavemente sobre el áspic de cerezas que teníamos en el frigorífico y volvemos a llevar unas horas (entre cuatro y cinco horas) a la nevera hasta que la panna cotta haya cuajado.
Para desmoldar, vertemos agua caliente en un recipiente y sumergimos los moldes del áspic (sin llegar al borde) en ella durante unos segundos, lo que nos facilitará el desmoldado.
No me digáis que no queda un postre colorido, ligero y refrescante. Y por supuesto, podéis utilizar las frutas que más os gusten, bien solas o en combinación con otras frutas.